Profile: Elizabeth Ramirez-Washka

Elizabeth Ramirez Washka was born in El Paso, Texas, and moved to North Carolina two years ago after being recruited by Duke University to lead its labor legal work. Though relatively new to the state, she’s already developed a deep appreciation for her surroundings. “I love North Carolina for its beautiful trees, vibrant arts scene, incredible museums, and peaceful spaces like Duke Gardens,” she says. “The people here are warm and welcoming.” She’s even found her go-to Mexican spot: Azteca Grill. Elizabeth has found a home at Duke and in Durham—a place she values for its celebration of people from all backgrounds.

With 25 years of experience, Elizabeth defines her profession as an attorney guided by a strong sense of purpose. “I’m dedicated to helping others, and to doing what’s right,” she says. “When I arrived, I knew I had to be a voice for Latina girls like me.” That sense of representation and responsibility continues to shape her work and advocacy.

Beyond her professional role, Elizabeth is deeply committed to uplifting the Latino community. She serves on the board of El Futuro, a nonprofit transforming mental health care for Latino communities in North Carolina and beyond. She also actively supports organizations that center Latino voices, and she mentors Latino law students and attorneys as they navigate their careers. “No matter where I am in my career,” she says, “I always make it a point to stay involved in spaces that advocate for and serve our community.”

Elizabeth treasures her cultural heritage, especially the rich traditions of food, music, and the deep-rooted value of family. She sees these elements as part of a larger legacy of connection and care. “Through the arts and food, we bring color, flavor, and creativity that connect people across cultures,” she says. “And our strong work ethic speaks for itself. No matter the job, we take pride in what we do and strive to do it with excellence.” To her, the resilience and dedication of the Latino community are not only powerful—they’re contagious, uplifting everyone around them.

For those visiting the Lotería exhibit, Elizabeth hopes they take away one message above all: “I am who I am because of all the Latinos who came before me and stood beside me. I carry a deep sense of obligation to pay it forward—to uplift others, open doors, and do whatever I can to help our communities thrive.”

Spanish

Nombre: Elizabeth Ramirez Washka
País de origen: Estados Unidos (herencia mexicano-americana)
Profesión: Abogada y defensora comunitaria

Elizabeth Ramirez Washka nació en El Paso, Texas, y se mudó a Carolina del Norte hace dos años tras ser reclutada por la Universidad de Duke para liderar su trabajo legal en temas laborales. Aunque lleva poco tiempo en el estado, ya ha desarrollado un profundo aprecio por su entorno. “Me encanta Carolina del Norte por sus árboles hermosos, su vibrante escena artística, sus museos increíbles y espacios tranquilos como los Jardines de Duke,” comenta. “La gente aquí es cálida y acogedora.” Incluso ya encontró su restaurante mexicano favorito: Azteca Grill. Elizabeth ha encontrado un hogar en Duke y en Durham, un lugar que valora por celebrar a personas de todos los orígenes.

Con 25 años de experiencia, Elizabeth define su profesión como abogada guiada por un fuerte sentido de propósito. “Estoy comprometida con ayudar a los demás y con hacer lo correcto,” afirma. “Cuando llegué, supe que tenía que ser una voz para las niñas latinas como yo.” Ese sentido de representación y responsabilidad sigue marcando su trabajo y su labor de defensa.

Más allá de su rol profesional, Elizabeth está profundamente comprometida con el bienestar de la comunidad latina. Forma parte de la junta directiva de El Futuro, una organización sin fines de lucro que está transformando el cuidado de la salud mental para comunidades latinas en Carolina del Norte y más allá. También apoya activamente a organizaciones que centran las voces latinas y ofrece mentoría a estudiantes y abogados latinos mientras navegan sus carreras. “No importa en qué etapa de mi carrera esté,” dice, “siempre procuro estar involucrada en espacios que abogan por y sirven a nuestra comunidad.”

Elizabeth valora profundamente su herencia cultural, especialmente las ricas tradiciones de la comida, la música y el valor arraigado de la familia. Ve estos elementos como parte de un legado más amplio de conexión y cuidado. “A través del arte y la comida, aportamos color, sabor y creatividad que conectan a personas de distintas culturas,” dice. “Y nuestra ética de trabajo habla por sí sola. No importa el trabajo, lo hacemos con orgullo y con el deseo de hacerlo con excelencia.” Para ella, la resiliencia y dedicación de la comunidad latina no solo son poderosas—son contagiosas y elevan a quienes la rodean.

Para quienes visitan la exhibición de Lotería, Elizabeth espera que se lleven un mensaje por encima de todo: “Soy quien soy gracias a todos los latinos que vinieron antes que yo y caminaron a mi lado. Llevo un profundo sentido de obligación de retribuir—de elevar a otros, abrir puertas y hacer todo lo que esté en mis manos para que nuestras comunidades prosperen.”