Profile: Oscar Romero

Oscar Romero Jorge was born in Ecatepec, Estado de México, and came to North Carolina at just three years old with his parents. His father had been working in the state as an H-2A farmworker, and the family chose to stay in the area, surrounded by familiarity and a small network of relatives. Over the past 27 years, North Carolina has become home—a place where Oscar has grown up, built community, and developed a deep appreciation for the state’s natural beauty and cultural diversity. He loves the ease of driving from the mountains to the coast, exploring cities like Durham, Asheville, and Charlotte, and enjoying the food and energy of each place with loved ones.

Oscar is a software engineer who uses technology as a tool for community empowerment. He has helped a range of organizations—from grassroots collectives to established nonprofits—build websites, improve systems, and expand their digital reach. Outside of work, he’s deeply engaged in local organizing efforts. In Durham, he co-founded Somos Durham, a group focused on building power within the Latiné community through political education, cultural healing, and partnerships that challenge injustice and uplift joy and wellness.

Oscar’s cultural roots are woven into his everyday life. He grew up surrounded by music from across Mexico and Latin America—mariachi, norteñas, duranguense, bachata, cumbia, and trios huastecos. He sees music and dancing as powerful ways to connect with others, and cherishes the sense of unity found in family gatherings, meals, and celebrations. He also holds close the values his parents passed down, including expressing love openly and always striving forward together.

Oscar’s journey as an immigrant has shaped his worldview and his sense of purpose. After living undocumented for 25 years, he founded Romero Repairs in high school to help fund his college education. Thanks to mentors, access to DACA, and eventually permanent residency, he was able to pursue a career in tech and grow into a community leader. But he’s quick to acknowledge that his story isn’t the norm—and that many others still face barriers he was able to overcome.

Today, he sees his responsibility clearly: to use his skills, experiences, and access to create more opportunities for others. “Our experiences as immigrants are powerful,” he says. “But I also know I’ve been fortunate. That’s why I do this work—to give back, to open doors, and to help others find their own path forward.”

Spanish

Nombre: Oscar Romero Jorge
País de origen: Ecatepec, Estado de México, México
Profesión: Ingeniero de software y organizador comunitario

Oscar Romero Jorge nació en Ecatepec, Estado de México, y llegó a Carolina del Norte cuando tenía apenas tres años, junto a sus padres. Su papá había estado trabajando en el estado como trabajador agrícola con visa H-2A, y la familia decidió quedarse en la zona, rodeados de lo familiar y de una pequeña red de familiares. Durante los últimos 27 años, Carolina del Norte se ha convertido en su hogar: un lugar donde Oscar ha crecido, construido comunidad y desarrollado un profundo aprecio por la belleza natural y la diversidad cultural del estado. Le encanta la facilidad con la que se puede viajar desde las montañas hasta la costa, explorar ciudades como Durham, Asheville y Charlotte, y disfrutar de la comida y la energía de cada lugar con sus seres queridos.

Oscar es ingeniero de software y utiliza la tecnología como una herramienta para el empoderamiento comunitario. Ha ayudado a una variedad de organizaciones—desde colectivos de base hasta organizaciones sin fines de lucro consolidadas—a construir sitios web, mejorar sus sistemas y ampliar su alcance digital. Fuera del trabajo, está profundamente involucrado en esfuerzos de organización local. En Durham, cofundó Somos Durham, un grupo enfocado en fortalecer el poder de la comunidad Latiné mediante la educación política, la sanación cultural y alianzas que desafían la injusticia y promueven la alegría y el bienestar.

Las raíces culturales de Oscar están entretejidas en su vida cotidiana. Creció rodeado de música de todo México y América Latina: mariachi, norteñas, duranguense, bachata, cumbia y tríos huastecos. Ve la música y el baile como formas poderosas de conectar con los demás, y valora profundamente el sentido de unidad que se encuentra en las reuniones familiares, las comidas compartidas y las celebraciones. También guarda con cariño los valores que le transmitieron sus padres, como expresar el amor abiertamente y siempre seguir adelante en comunidad.

La experiencia de Oscar como inmigrante ha moldeado su visión del mundo y su sentido de propósito. Después de vivir indocumentado durante 25 años, fundó Romero Repairs en la preparatoria para ayudar a costear su educación universitaria. Gracias a sus mentores, al acceso a DACA y, eventualmente, a la residencia permanente, pudo seguir una carrera en tecnología y convertirse en un líder comunitario. Pero reconoce que su historia no es la norma—y que muchas otras personas aún enfrentan barreras que él logró superar.

Hoy en día, tiene muy claro su compromiso: usar sus habilidades, experiencias y acceso para crear más oportunidades para los demás. “Nuestras experiencias como inmigrantes son poderosas,” dice. “Pero también sé que he tenido suerte. Por eso hago este trabajo: para retribuir, para abrir puertas y para ayudar a que otros encuentren su propio camino hacia adelante.”