Profile: Rafael A. Osuba

Rafael A. Osuba was born in Willimantic, Connecticut, but left at just six months old. He grew up between Puerto Rico and the small town of Beacon, New York—two places that shaped his cultural identity and deep love for storytelling. Nearly 35 years ago, he and his wife moved to North Carolina in search of a place to raise their family. What they found was more than a home; they found community. “It hasn’t always been easy,” Rafael reflects, “but North Carolina has given me opportunities to share my passion, my culture, and my art. And it’s been a great place to raise our children.”

For more than 30 years, Rafael has dedicated his life to telling stories through art in all its forms, whether through visual arts, music, or cultural preservation. His work reflects the lived experiences of marginalized communities and invites people to see themselves as part of a larger, shared story. “I give my community a voice,” he says. “Not just Latinos, but the whole community. There’s beauty in the complexity of our blended and layered lives through art, history, and culture.”

Rafael draws strength from his Puerto Rican heritage, carrying with him the richness of language, dance, food, resilience, and storytelling. He sees himself as a dreamer with purpose—someone who, like Don Quixote, dares to imagine boldly and lead with heart. For Rafael, art is more than expression. It’s a tool for building empathy and creating connection across differences.

His commitment to cultural preservation was recently recognized when his body of work was selected for the permanent collection of the Smithsonian’s National Museum of the American Latino. This honor is a testament to his decades of impact and the stories he continues to uplift.

What matters most to Rafael is creating a better future for the next generation. “If you want to live in a great community, you have to be an active part of it,” he says. His life’s work is a celebration of culture and identity, and a reminder of what’s possible when people come together, dream together, and build something lasting.

Spanish Version: 

Nombre: Rafael A. Osuba
País de origen: Estados Unidos (de herencia puertorriqueña)
Profesión: Narrador cultural, artista y constructor de comunidad

Rafael A. Osuba nació en Willimantic, Connecticut, pero se fue de allí a los seis meses de edad. Creció entre Puerto Rico y el pequeño pueblo de Beacon, Nueva York, dos lugares que marcaron su identidad cultural y su profundo amor por la narración de historias. Hace casi 35 años, se mudó a Carolina del Norte junto a su esposa, en busca de un lugar donde formar una familia. Lo que encontraron fue más que un hogar: encontraron una comunidad. “No siempre ha sido fácil”, reflexiona Rafael, “pero Carolina del Norte me ha dado oportunidades para compartir mi pasión, mi cultura y mi arte. Y ha sido un gran lugar para criar a nuestros hijos.”

Durante más de 30 años, Rafael ha dedicado su vida a contar historias a través del arte en todas sus formas, ya sea mediante las artes visuales, la música o la preservación cultural. Su trabajo refleja las experiencias vividas por comunidades marginadas e invita a las personas a verse como parte de una historia compartida. “Le doy voz a mi comunidad”, dice. “No solo a los latinos, sino a toda la comunidad. Hay belleza en la complejidad de nuestras vidas entrelazadas, a través del arte, la historia y la cultura.”

Rafael encuentra fuerza en su herencia puertorriqueña, llevando consigo la riqueza del idioma, el baile, la comida, la resiliencia y la tradición oral. Se considera un soñador con propósito, alguien que, como Don Quijote, se atreve a imaginar en grande y liderar con el corazón. Para él, el arte es más que una forma de expresión: es una herramienta para construir empatía y crear conexiones más allá de las diferencias.

Su compromiso con la preservación cultural fue reconocido recientemente cuando su obra fue seleccionada para formar parte de la colección permanente del Museo Nacional del Latino Americano del Smithsonian. Este honor es un testimonio de sus décadas de trabajo y del poder de las historias que continúa compartiendo.

Lo que más le importa a Rafael es crear un mejor futuro para las próximas generaciones. “Si quieres vivir en una gran comunidad, tienes que ser parte activa de ella”, afirma. Su vida y su obra celebran la cultura y la identidad, y nos recuerdan todo lo que es posible cuando las personas se unen, sueñan juntas y construyen algo duradero.